En diciembre, cuando Enrique Peña Nieto asuma la presidencia, Angélica Rivera, hija de Manuel Rivera y María Eugenia Hurtado, se convertirá en la primera actriz en México en convertirse en la esposa de un presidente.
El 1 de julio, cuando los primeros resultados daban ya como ganador de las elecciones al priista Peña Nieto, La Gaviota estaba lista para cumplir sus funciones. En Facebook salió su primer mensaje. “Esta noche, México ganó… Mi esposo está listo para escribir, de la mano de todos los mexicanos, una nueva historia para nuestro país, una historia de éxito para todos, y en la que recuperaremos todos los valores que se han perdido”.
El primer contacto de Angélica con los reflectores fue a los 17 años como modelo. Corría 1987 y su excelente figura destacaría en el videoclip de Luis Miguel Ahora te puedes marchar. Al año siguiente probó las mieles de la televisión como conductora del programa TNT, compartiendo créditos con Martha Aguayo. Rivera, sin embargo, tenía más pasta para el drama.
Así, ingresó en el mundo de las telenovelas. Primero vino el papel de la tímida estudiante María Inés, en Dulce desafío (1989), junto a Adela Noriega y Eduardo Yáñez. Le siguieron roles secundarios en Simplemente María (1989) y Mi pequeña Soledad (1990).
La década de 1990 le trajo dos personajes con los que se daría a conocer. Primero fue Giovanna, una niña rica que en La pícara soñadora peleaba con Mariana Levy por el amor de Eduardo Palomo. Después le llegó la oportunidad de mostrar su talento musical integrándose a la novela Alcanzar una estrella II, así como al grupo musical protagonista, Muñecos de Papel.
El primer y anhelado protagónico llegó en 1992 con Sueño de amor. La historia gira en torno a una chica que se enamora de un joven pobre, trama que no logró los índices de audiencia esperados. Sin embargo, Televisa dio en el blanco convirtiéndola después en La Dueña (1995), la historia de una sufrida mujer de ciudad que se convierte en la rígida propietaria de una hacienda.
A La Dueña le siguieron éxitos: Huracán (1998), Ángela (1999), Sin pecado concebido (2001), Mariana de la noche (2004) y Destilando amor (2007). Esta última telenovela, en la que encarnó a La Gaviota, marcó su pase al mundo de la política.
Pendiente de su aceptación en el gusto popular, el gobierno del estado de México, encabezado entonces por Peña Nieto, invitó a la actriz a que participara como imagen de su campaña 300 compromisos cumplidos. Rivera, que se había casado con el productor televisivo José Alberto Castro, se encontraba en pleno proceso de divorcio civil y en la anulación de su matrimonio religioso.
La atracción entre el político y la actriz fue inmediato. ¿Cómo comenzó su relación? Angélica lo contó a la revista Quién en junio de 2009: “Luego de que terminó la campaña de Los 300 compromisos cumplidos, donde yo era la imagen, el Gobernador del estado de México me llamó para darme las gracias por mi participación y me invitó a cenar al Philippe. La cita fue a las nueve de la noche y yo estaba muy nerviosa porque después de haber tenido una relación de 16 años con mi exmarido, José Alberto Castro, con el que me fui a vivir a los 20 años, nunca en la vida había salido con alguien más. Enrique fue un hombre que me abrió de inmediato su corazón”.
El 27 de noviembre de 2010, la pareja se casó por la iglesia en la Catedral de Toluca, capital del Estado de México, y desde entonces comenzó la campaña. Ahora toca ver el siguiente capítulo en esta telenovela de la vida real, en la que el tiempo dirá si La Gaviota se hace protagonista o villana.
La actriz
Angélica Rivera Hurtado nació el 2 de agosto de 1970 en la capital mexicana. Estuvo casada con el productor de televisión José Alberto Castro, con quien tuvo tres hijas: Sofía, Fernanda y Regina.
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