domingo, 27 de abril de 2014

ADRIANA ESTEVES /// LA VILLANA DE AVENIDA BRASIL CUENTA HASTA QUE PUNTO SE OBSESIONó CON SU PERSONAJE

Apenas terminó de grabar la telenovela se metió en una peluquería y pidió que le cortaran el cabello. Más aún: que se lo tiñeran de un tono castaño. Fue así como la actriz brasileña Adriana Esteves le puso punto final a la historia de Carmen Lucía Moreina de Souza, la malvada Carminha que interpretó durante siete largos meses en la telenovela Avenida Brasil.

“¿Que si sufrí? Sufrí mucho, porque sentí que comenzaba a extrañarla”, dijo Esteves. “En ese momento me hizo falta su garra, tal vez su fuerza para encararlo todo, porque yo soy una persona menos dura y hasta tímida. Tal vez mi marido tenía razón cuando me decía que pasé tiempo llorando y sangrando por Carminha”, agregó la actriz, de 42 años quien tuvo que hacer terapia debido a que se obsesionó con el personaje.

La experiencia de hacerle la vida imposible a Rita (interpretada por Débora Falabella) en el melodrama televisivo de Joao Emanuel Carneiro fue tan dura que decidió no volver a pisar los estudios de grabación -al menos por un año- y dedicarse a su familia.

“Terminé de grabar la novela en octubre del 2012. Quedé realmente agotada, con las emociones a flor de piel. Todo lo que tenía para ofrecer lo di. Me costó mucho volver al trabajo y para ello elegí hacer cine, que tiene otro ritmo”, aseguró.

A la malévola, manipuladora y calculadora Carminha, Adriana le debe el premio Trofeo Prensa -versión brasileña de los Emmy-, la estatuilla Mejores del Año que entrega la Red Globo, y la incorporación de su nombre en la lista de las 100 personalidades más influyentes de Brasil que publica anualmente la revista Época.

Sobre cómo fue que logró crear el personaje de Carminha, la actriz contó que: “Vi algunas películas, es verdad, pero no voy a decir cuáles porque sería como contar todos mis secretos. Es cierto que me inspiré un poco en Nazaré, que hizo mi gran amiga Renata Sorrah. También estuve atenta a lo que sucedía a mi alrededor e iba incorporando gestos, maneras, de personas que veía en la calle, porque los actores tenemos que ser muy observadores”.

La estilista Marie Salles fue quien le recomendó teñirse el cabello de amarillo y se encargó de facilitarle los trajes blancos y los vestidos de seda en colores pasteles que hicieron lucir a Carminha como “toda una dama, aunque, claro, siempre llena de aquellas joyas brillantes”, aclaró Esteves.

Murilo Benício y Débora Falabella, con quienes compartió créditos protagónicos, y en general todo el elenco, pusieron “la química que hace falta para que una novela sea exitosa”.

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