miércoles, 10 de agosto de 2016

Moisés y los 10 mandamientos

Moisés y los 10 mandamientos, la superproducción basada en los relatos bíblicos, que se transmite en varios países de América Latina incluyendo Bolivia, cautiva cada noche a millones de televidentes.

La telenovela dividió las aguas de la mayor teleplatea latinoamericana y multiplicó la audiencia de Rede Record, la emisora propiedad de Edir Macedo, fundador de la Iglesia Universal del Reino de Dios, para destronar en materia de rating a la señal Globo, soberana internacional del reino de las telenovelas.

Los 176 capítulos narran la historia de Moisés -desde su nacimiento hasta la llegada del pueblo hebreo a la Tierra Prometida, pasando por la fuga de Egipto a través del Mar Rojo, fieles a los textos del Antiguo Testamento- fueron filmados con gran despliegue en Israel, Egipto y el desier- to de Atacama en Chile.

La telenovela cautivó de entrada al público brasileño. En apenas una semana logró que Rede Record aumentara en un 101 por ciento su audiencia en esa franja horaria.

El obispo evangélico Macedo, poderoso dueño del canal brasileño vinculado al Partido Republicano Brasileño (PRB) -que abandonó la coalición de apoyo a la presidenta de ese país Dilma Rousseff-, es un precursor en materia de ciertos despliegues hipnóticos de la iglesia electrónica, liderando escenas de curaciones y prédicas en las playas de Río de Janeiro. Es el fundador de la Iglesia Universal del Reino de Dios en 1977, con millones de fieles en el mundo, cuya presencia resulta más que intensa en las redes sociales y en la grilla de programación de trasnoche de los canales de aire.



El patrimonio de Macedo está estimado en 1.200 millones de dólares y está cuestionado por sus posiciones ultraconservadoras, su prédica en contra de los homosexuales y su rechazo a la educación sexual en los colegios del Estado.

Moisés y los 10 mandamientos es un producto realizado a partir de un presupuesto cercano a los 250 mil dólares por episodio, un equipo de producción de más de 100 personas, junto a una ciudad escenográfica de siete mil metros cuadrados donde suceden la mayoría de las acciones.

En Brasil, al momento de su emisión le tocó competir con Babilonia, la historia de una venganza femenina ambientada en un Rio de Janeiro muy actual, muy criticada por los sectores más conservadores de la sociedad, especialmente debido a una escena de un beso entre dos mujeres.

Para muestra del éxito de esta miniserie bíblica vale comen- tar que actualmente se emite en Chile y Bolivia, y que ya se vendió a Guatemala, Estados Unidos, Chile, Panamá

y República Dominicana.

La telenovela protagonizada por los actores brasileños Guilherme Winter, Sergio Marone y Camila Rodrigues narra la vida de Moisés. Él y Ramsés fueron criados como hermanos en Egipto, pero el destino los enfrentará por el amor de la bella Nefertari, y los transformará en enemigos cuando Moisés, ordenado por el Dios de los hebreos, decida liberar a su pueblo del yugo egipcio.

“NEFERTARI CAMBIÓ MI VIDA”

En una entrevista publicada en Listín Diario, Camila Rodrigues, quien interpreta al personaje de “Nefertari” y lleva 10 años de carrera, afirma que nunca imaginó que esta actuación le cambiaría la vida por siempre y que, de ser una actriz completamente desconocida a nivel internacional, se convertiría en una figura querida y respetada, tanto por su trabajo, como por su belleza y su buen trato.

El cambio para la actriz brasileña no solo fue para su carrera, definitivamente que el personaje de “Nefertari” también influyó en lo personal y actitud de vida de Camila.

Y es que estuvo un año llevando al flote el personaje, vivir cada día la experiencia de los diferentes capítulos hicieron de Camila una mujer diferente, con otra perspectiva de la vida, e incluso hubo hasta un mayor acercamiento a Dios.

Para su personaje hizo una audición y, según explicó, la eligieron porque sus expresiones se parecían bastantes al personaje. Luego tuvo que raspar su cabellera y durante más de una hora se sometía a un proceso de maquillaje para lograr un personaje realmente creíble.

“Fue un gran desafío, rasparme la cabeza, lloré, sonreí mucho, hubo mucho aprendizaje, definitivamente fue maravilloso”.

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